El reparto de dividendos es uno de los procedimientos habituales en el funcionamiento de una empresa. Supone que sus socios y accionistas, en función de las aportaciones que han realizado a su capital social, distribuyan entre ellos y de manera proporcional los beneficios conseguidos a lo largo de un ejercicio empresarial y que no van a ser reinvertidos.
Por lo general, este proceso se lleva a cabo cuando vence cada uno de estos ejercicios, pero cabe la posibilidad, como te avanzamos en el título, de instaurar un anticipo. A continuación te contamos a qué se deben estos anticipos y cómo se gestionan. Presta atención.
La importancia de las expectativas en la economía
Los previsibles escenarios sociopolíticos son una de las causas que explican determinados movimientos macroeconómicos. Las leyes de la economía, de hecho, se ponen en marcha por cúmulos de decisiones de múltiples actores, los cuales tratan de amoldarse a las coyunturas venideras.
Sin duda, este contexto explica que se estén produciendo en nuestro país repartos de dividendos empresariales anticipados. El hecho que los ha estado motivando, ahora ya confirmado, ha sido la posibilidad de un Gobierno de coalición entre el Partido Socialista Obrero Español (PSOE) y Unidas Podemos (UP).
Estas formaciones políticas llevaban en sus programas medidas de redistribución de la renta e incremento de la presión fiscal.
¿Cómo se están llevando a cabo los anticipos de dividendos?
Como salvaguarda de sus intereses económicos, numerosas firmas han aprovechado para anticipar su reparto de dividendos. Se trata de una decisión que puede hacerse efectiva mediante proposición del consejo y validación de la junta, a cuenta del ejercicio que aún está en curso.
Esta premisa se ha revelado como generalizada entre las empresas no cotizadas y su objetivo es evitar los efectos en sus arcas de las siguientes políticas públicas previstas:
– Por una parte, destacamos el gravamen del 5 % en las plusvalías y los dividendos logrados por las organizaciones residentes y no residentes.
– Por otro lado, remarcamos la posibilidad de un aumento que es el que más inquietud está generando en el sector empresarial. Nos referimos al del 15 % del tipo mínimo del impuesto de sociedades (IS). Este subiría hasta un 18 % para compañías petroleras y entidades bancarias.
– Por último, te informamos de que también han provocado la reacción de los anticipos los pactos relativos a las rentas del ahorro. En este sentido, del 23 % que se paga en los tipos del ahorro a partir de ganancias de 50 000 euros, se pasaría a un 27 % en los beneficios que se contabilicen a partir de 140 000.
En definitiva, el anticipo de los dividendos ha supuesto una medida legal que trata de salvaguardar unos intereses empresariales que se interpretan como amenazados.